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¡Esta es una revisión vieja del documento!


<fc #6495ed>“El espacio y el tiempo”</fc> / <fc #6495ed>La investigación de lo colectivo</fc>

Actores de/en la vida pública: Personas que son actores que son personajes que son personas.

¿Es la ciudadanía un reflejo de sus gobernantes o son sus gobernantes una mera proyección de la ciudadanía?

La memoria colectiva


La perspectiva del tiempo permite juntar el reflejo de hechos y datos con la reflexión más sedimentada, apartada de la prisa que imprime seguir el ritmo que marca la actualidad.

La vida en un apunte

La simplicidad consiste en sustraer lo que es obvio y añadir lo específico – John Maeda

Sin embargo lo obvio puede ser tan complejo como elaborar la lista de la compra para ese storytelling cotidiano que, contemplado en perspectiva, define nuestra trayectoria vital.

Porque entre lo imprescindible y lo deseable, fluctúa la atención que dedicamos a los ingredientes y la intención que esconden. Es decir… ¡Esas “inofensivas” cuestiones que se camuflan en las urgencias cotidianas”

Lo complicado de la simplicidad consiste en saber si la lucidez está en poder abstraerse del entorno o en ser capaz de distinguir, en la inmediatez, el origen de los grandes problemas y la estela fugaz de oportunidades.

Los ingredientes son las opciones pero lo obvio y lo específico requieren distintas herramientas. Y cuentas diferentes historias.


La pre-tensión de la objetividad

Las palabras son un instrumento poderoso pero pierden su esencia si en la búsqueda de precisión recurrimos a etiquetados y formalidades de laboratorio.

La “realidad” tiene múltiples relatos por eso, desde el mismo momento en que te planteas la necesidad de “contar”, estás formando parte del proceso para construir una nueva realidad.

Tampoco se puede objetivar “el conocimiento”, tan sólo detectar sus hitos dentro del proceso en que se genera porque, aunque a todos nos respalda la (propia) experiencia, el conocimiento surge cuando aprendemos a generalizar las preguntas, no las afirmaciones.

Y continuando con esta inmersión en la estela de la duda, cabe también cuestionar si es posible, y qué aporta, el relato de lo colectivo ya que “el entorno actúa como un alambique a través del cual depuramos y destilamos aquello que, al final, acabamos sabiendo”.

El carácter social de la memoria

Cualquier recuerdo, aunque sea muy personal, existe en relación con un conjunto de nociones que nos dominan más que otras, con personas, grupos, lugares, fechas, palabras y formas de lenguaje, incluso con razonamientos e ideas, es decir, con la vida material y moral de las sociedades de las que hemos formado parte. (Maurice Halbwachs)

Nuestra memoria es social porque no hay construcción humana en la soledad. Los recuerdos surgen de las ideas y percepciones que tenemos en un tiempo que denominamos “presente”, un concepto tan subjetivo como aleatorio ya que las horas y el calendario no son sino mera referencia a los acontecimientos y vivencias que lo dividen, pero no lo llenan jamás. El tiempo, y por tanto la memoria que lo evoca, no es sino una red de niveles de narración que puede, y suele, incluir diferentes procesos interindividuales, de grupo y dinámicas sociales.

En el desarrollo continuo de la memoria colectiva, no hay líneas de separación netamente trazadas como en la historia, sino más bien límites irregulares e inciertos. Pero, además, la existencia de diferentes grupos en el seno de las sociedades da lugar a diversas Memorias colectivas, mientras que la Historia pretende presentarse como la memoria universal del género humano. (Maurice Halbwachs)

El marco social de la memoria es un aliciente para la investigación y el aprendizaje, pero esta riqueza se pierde ante la “pretenciosa objetividad” de la Historia, cuya rigidez no tiene un significado real para ninguno de los grupos que han sido actores de los acontecimientos. La memoria colectiva es un conjunto de relatos intemporales que desarrolla el recuerdo de lo que todavía existe en la conciencia del grupo que la mantiene. No hay oposición presente-pasado porque las redes interpersonales y los grupos no desaparecen de repente.

Dialogar las biografías de la memoria

En nuestra “pretensión” de acercarnos a los procesos de conocimiento y reflexión de la ciudad hay mucho de aspiración, deseo y propósito de aprendizaje, pero nada de ambición pretenciosa y desmedida por “descubrir verdades objetivas”. Porque somos conscientes de que en la búsqueda de los relatos, estamos pasando a formar parte de esos lazos invisibles de algunas redes de la memoria colectiva.

Tampoco hay pre-tensión por exigencias y objetivos desmedidos o ajenos, porque trabajamos desde la premisa de que la objetividad no existe.


El espacio público y los no-lugares




El espacio es una duda: continuamente necesito marcarlo, designarlo; nunca es mío, nunca me es dado, tengo que conquistarlo. George Perec.

La “urbanización” es una categoría muy poderosa que anula y convierte en homogéneo todo aquello que toca y las ciudades, que hasta no hace mucho fueron la única unidad política capaz de sobrevivir a los trazados geopolíticos del poder, ahora también se tambalean.

Se re-construyen las ciudades para el turismo, ciudades escaparate en la que sus habitantes se sienten desposeídos. Sea global o local la mirada, la gentrificación avasalla con sus lógicas de expulsión del espacio público. Lógicas de expulsión.


Desde la mirada cotidiana, desde la prisa, es difícil ver que bajo la apariencia de “no pasa nada” el conjunto de la vida en el espacio público, en la calle, es un colosal sistema en el que se intenta disfrazar de “normalidad” lo que no deja de ser un intento de control del orden “establecido”. ¿Actores en la vida pública?



Era motivo de orgullo...

La foto recoge una espectacular vista del Parque de Méndez Núñez en La Coruña, el Obelisco, los Cantones y el puerto de la ciudad. En ella llama la atención la línea del mar, mucho más atrasada de como la conocemos hoy mismo.

Lo cierto es que los Jardines son, en sí mismos, terrenos ganados al mar, y fueron el resultado de rellenos realizados a mediados del siglo XIX. Aquella actuación permitió abrir la ciudad y levantar este pequeño pulmón verde, en el que el Modernismo arquitectónico encuentra algunos de sus más relevantes exponentes, como el Quiosco Alfonso, el edificio de La Terraza y el desaparecido hotel Atlántico.

No existía el Teatro Colón —ni, por tanto, el edificio de la Diputación—, y al fondo se observa el Castillo de San Antón sin la actual conexión terrestre. En el interior de los Jardines, primitivamente llamados «del Ensanche» y posteriormente dedicados a la memoria del marino gallego Méndez Núñez, la ciudad ha ido dedicando espacios a personalidades ilustres de La Coruña y Galicia, como Linares Rivas, Concepción Arenal, Fernández Flórez, Castelao, Pardo Bazán, Murguía o Pondal.

La fachada marítima


la_investigacion_de_lo_colectivo.1555937831.txt.gz · Última modificación: 2024/02/22 13:40 (editor externo)

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